miércoles, 9 de diciembre de 2009

Recuerdo

Una melancolía irreconstructible al borde del desahogo me comprime la garganta tras recordar mis vacaciones en el campo de mi tata. Tardes silentes en la casa, cierto olor a historia y una galería colonial inundaban mis pensamientos aquella madrugada. Carisma lucían los personajes de dichas vacaciones.
Fosforitos, tortas pirotécnicas, petardos sonaban junto con miradas perplejas y alegría. Los gritos deshacían todo raciocinio posible y la excitación nos colmaba.
Los latidos sentía.
Las ciruelas se veían al día siguiente enclavadas en el árbol junto al quincho.

-Opciones. Alternativas. Decisión

-a

Las sensaciones que experimento al despertarme son en general de lo más extraño del día*

A ciencia cierta hay demasiadas cosas que uno no controla

Kilómetros de ciempiés circundan y se entremezclan en mi mente enredada

Saber hacia dónde ir puede ser la felicidad

-b

Entonces…
Las extrañas sensaciones matinales desconciertan mi mente (abrumada de laberintos imaginarios) en un mundo que puede parecer complejo donde uno necesita tener una dirección vectorial. O simplemente saber hacia dónde ir.

—¿Razonar complica la esencia?

* Escuche en la radio un tema del nuevo cd de Spinetta (Un mañana). Definitivamente tengo la sensación de que no hay coincidencias, ni casualidades. Existe el destino y las decisiones, y no se entrecruzan.

Mr Jon Arbuckle


Cuando el frio sonar del telefono irrumpe